sábado, 23 de febrero de 2019

Hubble también descubre galaxias "sin querer"

Imagen tomada con el Telescopio Espacial Hubble en la que se
pueden ver NGC6752 (estrellas brillantes) y Bedin I (elipses
verde y morada). Crédito. Bedin et al. 2019.
El Universo es enorme, mucho más grande de lo que nos podemos imaginar. Pero esta enorme cantidad de espacio no está vacía (como sabemos de primera mano). En el Universo podemos encontrar multitud de planetas, estrellas, asteroides, galaxias, cúmulos de galaxias... ¿Queréis números? Galaxias hay aproximadamente 2 billones, que son muchas, pero es que cada galaxia puede tener fácilmente 100000 millones de estrellas y alrededor de cada una de estas estrellas, varias decenas de planetas y miles de asteroides. Así pues, con tanto objeto por ahí repartido parece lógico encontrar alineaciones entre objetos. Seguro que me sabéis decir las alineaciones más conocidas. Exacto, los eclipses de Sol o Luna. Ésto no son más que alineaciones de Sol-Luna-Tierra (eclipse solar) o Sol-Tierra-Luna (eclipse lunar), es decir, momentos en los que los 3 astros dibujan una línea en el espacio. La historia que hoy nos ocupa está relacionada con una alineación de objetos también... pero con una alineación inesperada.

Entre el 7 y el 18 de septiembre de 2018 el telescopio espacial Hubble se encontraba observando NGC 6752, un cúmulo globular. ¿Su objetivo? Obtener una imagen lo más profunda posible de este cúmulo estelar para poder detectar sus estrellas más débiles. La sorpresa llegó cuando, mientras analizaban los datos, los astrónomos responsables de los datos, del Observatorio Astronómico de Padua, descubrieron "detrás" de este cúmulo globular una agrupación de estrellas débiles (ver imagen). Acababan de descubrir, sin querer, una nueva galaxia, a la que han denominado Bedin I. NGC6752 se encuentra a sólo 13000 años-luz de nosotros y es muy brillante debido a su cercanía. Justo detrás, e inadvertida hasta ahora debido al enorme brillo del cúmulo globular, está Bedin I, a 30 millones de años-luz, bastante más lejos y por lo tanto "oscurecida" que  NGC6752.

Este descubrimiento podría quedar en simple anécdota, pero nada más lejos de la realidad. Uno de los principales problemas en cosmología es que no vemos tantas galaxias enanas como las simulaciones predicen. Sin embargo, tal y como prueba este descubrimiento, esta discrepancia se debe a problemas observacionales. Mientras que detectar galaxias enanas en simulaciones es fácil, observar galaxias enanas en nuestro entorno es de una dificultad extremada. Afortunadamente, poco a poco vamos "acercando distancias" minimizando esta diferencia y comprobando que las teorías cosmológicas actuales son ciertas. Además, se ha demostrado que Bedin I se puede considerar un fósil de las primeras épocas del Universo en aislamiento durante los últimos 10000 millones de años.

Esta entrada es parte de una colaboración con el diario IDEAL que podéis leer aquí.

Para más información:
http://hubblesite.org/news_release/news/2019-09
http://adsabs.harvard.edu/doi/10.1093/mnrasl/slz004

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