sábado, 9 de febrero de 2019

Descubrimiento de una galaxia enana por un astrónomo aficionado

Imagen-descubrimiento de la galaxia enana Donatiello I, obtenida
por Giuseppe Donatiello usando un refractor de 127 mm desde el
sur de Italia. Crédito: Martínez-Delgado et al. 2018.
Pues sí, las galaxias enanas parece que están de moda. Pero si nos paramos a pensarlo es algo totalmente lógido. Cada vez tenemos mejores instrumentos y telescopios más grandes, permitiéndonos explorar el régimen de los objetos más débiles, donde las galaxias enanas abundan. Además, son uno de los objetos astronómicos más interesantes. Para empezar, forman el tipo de galaxias más abundante del Universo, con lo que su estudio nos permite conocer una buena porción de éste. Además, según el modelo cosmológico hoy día aceptado (modelo de materia oscura fría con constante cosmológica, LCDM), la mayoría de las galaxias masivas se han formado a partir de la fusión de galaxias más pequeñas que se pudieron formar antes en la historia del Universo. Así, las galaxias enanas que hoy observamos son posiblemente las supervivientes de esta época en la que se formaron las galaxias más masivas, incluyendo nuestra Vía Láctea. Por si esto fuera poco, mientras que nuestro modelo cosmológico tiene un éxito rotundo a escalas grandes (dominado por materia oscura), es a escalas pequeñas (galaxias enanas) donde tiene más problemas. Así, analizar galaxias enanas es también clave para mejorar nuestras teorías cosmológicas del Universo como un todo. Y no sólo esto, hoy día sabemos que nuestro Grupo Local de galaxias tiene unas 38 galaxias enanas, 11 de ellas alrededor o en proceso de fusión con nuestra Galaxia. Sin embargo, su detección y estudio no es para nada sencillo.

En un mundo ideal tendríamos imágenes tan profundas como sea necesario de todo el cielo que nos rodea. Desgraciadamente, la cantidad de horas necesarias para realizar dichas observaciones y la cantidad del cielo por cubrir hace que, debido la gran demanda que sufren los telescopios profesionales, esto sea imposible. Pero aquí entran en juego los astrónomos aficionados y la noticia que hoy nos ocupa. Sin requisitos que cumplir a final de año para justificar la inversión realizada, los astrónomos aficionados podrían dedicar horas y horas a obtener una sóla imagen, lo más profunda posible, de una zona concreta del cielo. Y ésto es lo que hizo Giuseppe Donatiello, astrónomo aficionado italiano, descubridor de la galaxia enana Donatiello I. Tras cerca de dos horas observando la misma región del cielo, Donatiello descubrió una nubecita difusa donde nada debería haber. Astrónomos profesionales, liderados por el español David Martínez-Delgado, han confirmado utilizando datos del Gran Telescopio Canarias (GTC) y el Telescopio Nazionale Galileo (TNG) de La Palma su naturaleza como galaxia enana. Se trata de una galaxia enana formada por estrellas viejas que probablemente está vinculada a la galaxia NGC404, conocida como el fantasma de Mirach, por su cercanía a la segunda estrella más brillante de la constelación de Andrómeda. Así, y siguiendo con la tradición de "seres extraños" alrededor de Mirach, los autores del artículo han apodado a Donatiello I como el "duende de Mirach".

Esta noticia, sumada a la de hace unos meses del descubrimiento y observación en vivo de una explosión de supernova confirma la importancia de los aficionados a la astronomía en el desarrollo actual de esta disciplina.

Esta entrada es parte de una colaboración con el diario IDEAL que podéis leer aquí.

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