sábado, 24 de noviembre de 2018

Gaia revela el movimiento de galaxias satélites alrededor de la Vía Láctea

Nuestra Galaxia, la Vía Láctea, vista por Gaia. Las flechas indican las velocidades
de las galaxias enanas cuyos movimientos y órbitas han sido estudiadas en el
artículo. Crédito ESA/Gaia/DPAC & T. Fritz
Una de las experiencias más enriquecedoras de las que el ser humano puede disfrutar es la observación, desde lugares oscuros, de la Vía Láctea. Esa banda neblinosa que en las noches de Verano cruza de Norte a Sur el cielo y que no es otra cosa que nuestra Galaxia. Formada por cientos de miles de millones de estrellas y grandes cantidades de gas y polvo, nuestra Galaxia es el resultado de miles de millones de años de evolución. Hoy creemos que, al igual que otras galaxias espirales en el Universo, nuestra Vía Láctea es en parte el resultado, entre otros procesos, de la fusión de pequeñas estructuras que denominamos galaxias enanas, algunas de las cuales aún orbitan a su alrededor. Sin embargo, nunca hemos tenido un conocimiento tal de nuestra Galaxia como el que estamos adquiriendo en los últimos años gracias a la misión de la ESA, Gaia. Hasta la fecha, Gaia ha observado la posición y brillo de más de 1600 millones de estrellas, así como movimientos en el plano del cielo de más de 1300 millones de estrellas, todas ellas miembros de nuestra Galaxia o de las galaxias enanas que la rodean.

Un reciente estudio, liderado por los investigadores Tobias Fritz y Giuseppina Battaglia del Instituto de Astrofísica de Canarias, ha permitido caracterizar las órbitas de 39 galaxias enanas alrededor de la Vía Láctea haciendo uso de estos datos. Esto supone no sólo conocer su posición en estos momentos y su velocidad en 3D, sino también saber dónde se encontraban estas galaxias anteriormente, ofreciéndonos una película única del pasado de nuestra vecindad cósmica. Así, los investigadores han sido capaces de evidenciar que un número importante de estas galaxias satélite (tanto masivas como menos masivas) se encuentran orbitando en un plano, al igual que otros sistemas como M31 o CenA. Entre los hallazgos se encuentra también la explicación de las peculiares formas que algunos satélites muestran debido a la influencia que la Vía Láctea produjo en éstos cuando se encontraban cerca de la regiones internas de la Galaxia. De la misma manera, esta determinación de órbitas ha permitido encontrar que la mayoría de ellos se encuentran ahora próximos a su punto de máximo acercamiento al centro galáctico (pericentro), lo que probablemente sea debido a un sesgo observacional que nos impide detectar los satélites más lejanos. Además, este tipo de análisis ha permitido también determinar que nuestra Galaxia alberga una cantidad de materia oscura equivalente a unas 1.6 billones (1600000000000) de masas solares.

Y esto no es más que el comienzo de todo lo que podremos conocer sobre nuestra Galaxia, su sistema de satélites y nuestro pasado gracias a los datos de Gaia que día a día continúa agrandando su base de datos y censando la componente estelar de la Vía Láctea. En un futuro cercano, los espectaculares datos de Gaia se verán complementados por proyectos internacionales desde tierra firme que capturarán movimientos radiales y la composición química de estrellas demasiado débiles para ser observadas por Gaia. ¡Nos acercamos a una era en la que "veremos" nuestra Galaxia en más de 6 dimensiones!

Esta entrada es parte de una colaboración con el diario IDEAL que podéis leer aquí y ha sido posible gracias a los rigurosos comentarios de los doctores Tobias Fritz y Giuseppina Battaglia del IAC.

Para más información:
https://www.cosmos.esa.int/web/gaia/iow_20181113
http://www.iac.es/divulgacion.php?op1=16&id=1480&lang=en
http://adsabs.harvard.edu/abs/2018arXiv180500908F

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