lunes, 23 de septiembre de 2019

¿Alrededor de qué estrellas deberíamos buscar vida?

Concepción artística de un exoplaneta en órbita alrededor de una estrella de tipo K.
Crédito: NASA Ames/JPL-Caltech/Tim Pyle
A día de hoy conocemos casi 4000 planetas confirmados en órbita alrededor de otras estrellas de nuestra Galaxia, la Vía Láctea. Desde el punto científico estos descubrimientos son muy importantes ya que nos permiten conocer más sobre la formación y evolución de sistemas planetarios como el nuestro. Sin embargo, otra dosis de interés importante se la lleva la búsqueda de vida en otros planetas. ¿Dónde debemos buscarla? ¿Cómo podríamos detectarla?

Un grupo de científicos liderado por investigadores de la NASA ha tratado de responder a la primera pregunta. A priori, podríamos pensar que tendremos que buscar en todos y cada uno de los exoplanetas conocidos hasta la fecha, así como seguir estudiando todas las estrellas que estén en nuestro alcance. El problema es que esta solución no responde realmente al problema, de alguna manera tenemos de reducir el censo de estrellas que son posibles anfitriones de vida. Por ejemplo, las estrellas que denominamos de tipo M. Éstas son el tipo de estrellas más común en el Universo y viven mucho tiempo, dando tiempo a la vida a evolucionar. Sin embargo, sus primeros años de vida son lo suficientemente hostiles como para  que la vida no pueda desarrollarse a su alrededor. Su brillo durante su juventud, o sus explosiones energéticas que dominan su primer millón de años de vida, son características más que suficientes como para evaporar la posible presencia de agua en su superficie, generando unas condiciones iniciales no idóneas para la vida. Así, los 7 planetas rocosos parecidos a la Tierra que orbitan alrededor de TRAPPIST-1 (una estrella de tipo M) en su zona de habitabilidad (donde a día de hoy se podrían dar las condiciones para el desarrollo de la vida), realmente no serían buenos candidatos a albergar vida pese a su aparentemente propicia combinación de masa, tamaño y distancia a TRAPPIST-1.

La respuesta se encuentra en un tipo de estrellas a medio camino entre las estrellas de tipo M y nuestro Sol. Serían las estrellas de tipo K, capaces de vivir hasta 7 veces más que nuestro Sol (70 mil millones de años, dando así tiempo a la vida a desarrollarse) pero que tienen una juventud mucho más tranquila que las estrellas de tipo M. Además, esta investigación sugiere que la presencia de oxígeno y metano (que se interpreta como una señal de la existencia de vida) es más fácilmente detectable en exoplanetas en órbita alrededor de estrellas de tipo K que alrededor de otras estrellas, facilitando así la detección de vida. Por si esto fuera poco, tenemos que tener en cuenta además que las estrellas de tipo K son ligeramente más débiles que las estrellas de tipo M o solar, lo que facilita el descubrimiento de nuevos exoplanetas a su alrededor ya que la luz de la estrella central no nos "deslumbrará" al tratar de observar su compañero. Entre las candidatas más prometedoras se encuentra la cercana 61 Cygni, la primera estrella de la historia a la que se le apreció movimiento alguno (movimiento propio, Giuseppe Piazzi en 1804).

Esta entrada es parte de una colaboración con el diario IDEAL que podéis leer aquí.

Para más información:
https://www.nasa.gov/feature/goddard/2019/k-star-advantage
http://adsabs.harvard.edu/abs/2019ApJ...873L...7A

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